La Ley 24/2023: Un paso hacia la estabilidad del mercado de alquiler en Andorra

En los últimos años, el acceso a una vivienda asequible se ha convertido en uno de los principales retos para los residentes de Andorra. El crecimiento sostenido del sector residencial, unido a una inflación persistente, ha creado un escenario en el que el precio de los alquileres ha escalado rápidamente, dejando a muchos hogares en una situación de vulnerabilidad. Ante esta problemática, el Gobierno del Principado ha puesto en marcha una serie de medidas con la publicación de la Ley 24/2023, de 28 de noviembre, de medidas de estímulo y estabilidad del mercado de arrendamiento de viviendas, que entró en vigor el 1 de enero de 2024.

Esta normativa se presenta como una respuesta directa a la presión social y a la creciente demanda de una intervención gubernamental que garantice el acceso a una vivienda digna. El objetivo es claro: ofrecer soluciones equilibradas que protejan tanto a los inquilinos como a los propietarios, generando un entorno más estable y predecible para el mercado de alquiler.


Contexto y necesidad de la nueva ley

La tensión en el mercado inmobiliario andorrano no es un fenómeno aislado. En los últimos años, el Principado ha experimentado un aumento significativo de su población y una llegada constante de residentes extranjeros, lo que ha incrementado la demanda de vivienda. Sin embargo, la oferta de inmuebles en alquiler no ha crecido al mismo ritmo, lo que ha generado una fuerte competencia por los pisos disponibles.

Este desequilibrio entre oferta y demanda ha derivado en subidas notables de los precios, especialmente en zonas céntricas y con mayor atractivo económico. A ello se suma la presión inflacionaria, que ha afectado tanto a los costes de construcción como a los gastos de mantenimiento, repercutiendo directamente en el precio final del alquiler. Ante este escenario, la intervención legislativa se convirtió en una prioridad para frenar la escalada de precios y evitar un aumento de la exclusión residencial.


Aspectos clave de la Ley 24/2023

La Ley 24/2023 introduce una serie de medidas específicas que buscan regular de forma más equilibrada las relaciones contractuales entre arrendadores y arrendatarios. Entre sus puntos más relevantes destacan:

1. Prórrogas automáticas y control de actualizaciones de renta

Los contratos firmados antes de 2022 se beneficiarán de prórrogas automáticas, evitando así que los inquilinos tengan que negociar su renovación en condiciones desfavorables.
En cuanto a la actualización de las rentas, la ley establece que el incremento no podrá superar el Índice de Precios al Consumo (IPC) más un porcentaje adicional limitado. Además, este ajuste dependerá del precio por metro cuadrado, evitando incrementos abruptos que puedan poner en riesgo la continuidad del arrendamiento.

2. Excepciones a las prórrogas

No todos los contratos estarán sujetos a estas prórrogas. La normativa prevé excepciones claras, como el uso del inmueble para fines sociales por parte del Gobierno, la necesidad de realizar obras de seguridad, o la ocupación del inmueble por parte del propietario o de un familiar cercano. Estas excepciones buscan equilibrar los derechos de los arrendadores con las necesidades habitacionales de los inquilinos.

3. Resolución de contratos bajo condiciones específicas

La ley permite la resolución anticipada de contratos en situaciones puntuales, pero siempre bajo condiciones que garanticen la protección del inquilino. El objetivo es evitar abusos y asegurar que cualquier finalización del contrato se realice con justificación y sin perjuicios desproporcionados para la parte más vulnerable.


Impacto esperado en el mercado de alquiler

La entrada en vigor de esta normativa supone un cambio significativo en la dinámica del mercado de arrendamientos en Andorra.
Por un lado, los inquilinos ganan en seguridad y previsibilidad, lo que les permitirá planificar a medio y largo plazo sin temor a incrementos repentinos que comprometan su capacidad de pago.
Por otro lado, los propietarios cuentan con un marco legal claro que regula sus derechos y obligaciones, reduciendo la incertidumbre y el riesgo de conflictos contractuales.

Expertos en el sector inmobiliario coinciden en que, si bien la ley es un paso importante, no resolverá por sí sola la raíz del problema: la falta de oferta suficiente. Por ello, recomiendan que estas medidas se complementen con políticas de fomento a la construcción de viviendas asequibles y con incentivos a los propietarios para poner más inmuebles en el mercado de alquiler.


Perspectivas y retos futuros

La Ley 24/2023 se enmarca dentro de una estrategia más amplia para estabilizar y democratizar el acceso a la vivienda en Andorra. Sin embargo, su éxito dependerá en gran medida de la capacidad del Gobierno para supervisar su cumplimiento y para adaptarla a las necesidades cambiantes del mercado.

Además, será clave mantener un diálogo abierto entre todos los actores implicados: administraciones públicas, arrendadores, arrendatarios, promotores inmobiliarios y organizaciones sociales. Solo así se podrán detectar a tiempo posibles efectos no deseados y realizar los ajustes necesarios para que la ley cumpla con su propósito.


La publicación y puesta en marcha de la Ley 24/2023 refleja el compromiso del Gobierno andorrano con la estabilidad del mercado de alquiler y la protección de los derechos habitacionales. Aunque no constituye una solución definitiva, sí marca un punto de inflexión en la forma de abordar el problema de acceso a la vivienda en el Principado.

El reto a partir de ahora será garantizar que las medidas se traduzcan en mejoras tangibles para la población, fomentando un mercado más justo, accesible y equilibrado. Con una visión a largo plazo y la colaboración de todos los sectores, Andorra podrá avanzar hacia un modelo habitacional más sostenible, que asegure un techo digno para todos sus ciudadanos.